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Clamidia, una infección de transmisión sexual silenciosa




La clamidia es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más comunes que existen. Su cura es fácil, pero si se descuida puede generar importantes trastornos de salud a largo plazo para hombres y mujeres.

Estos temas nos hacen reflexionar a la hora de cuidarnos al tener sexo, y al momento de enseñar a los más jóvenes a disfrutar de un sexo sano y responsable. 

Qué es la clamidia

Esta infección se produce al tener sexo vaginal, pineal, oral o anal. Se la conoce también como una ITS silenciosa, porque no presenta síntomas. 

La mayoría de la gente que tiene clamidia –alrededor del 75 % de las mujeres y del 50 % de los hombres– la sufre sin síntomas, lo cual permite que pase desapercibida durante largo tiempo y produzca a largo plazo daños al sistema reproductor sin que nos demos cuenta.

La mayor incidencia de la clamidia se da entre la población joven menor de 25 años, y se calcula que entre un 8 y 10 % de los jóvenes la padece.

De allí que sea importante que los jóvenes se informen sobre tener relaciones sexuales responsables, que incluyan un mayor cuidado frente al deseo sexual.

Algunos posibles síntomas

Sin embargo, es posible que algunas personas sientan sensación de ardor al orinar, sobre todo las mujeres, así como secreciones inhabituales, dolor durante las relaciones sexuales o sangrado vaginal.

Los hombres, por su parte, pueden también presentar secreciones inhabituales del pene, malestar en la punta del pene o inflamación alrededor de los testículos.

Tratamiento y prevención de la clamidia

La clamidia puede prevenirse fácilmente con el uso de preservativos, que no restan ni el deseo sexual ni el placer sexual, utilizándolos desde el principio de la relación (como se transmite mediante los fluidos, puede contagiarse en el preámbulo de la penetración).

Ahora bien, el tratamiento también es muy fácil, con base en antibióticos, y en pocos días la enfermedad desaparece.

Los expertos recomiendan la disminución de factores de riesgo, como puede ser el sexo no protegido, y utilizar preservativos siempre.

Por otro lado, también se recomienda hacerse pruebas de clamidia cuando se cambie de pareja o cuando se tengan múltiples parejas sexuales.

Cómo afecta la clamidia

La bacteria Chlamydia trachomatis afecta de forma distinta a hombres y mujeres. En ellas, puede infectar el cuello uterino y causar cervicitis, y en última instancia evitar los embarazos o un mayor riesgo de embarazos ectópicos. 

Sin hablar, por supuesto, de la falta de placer sexual durante las relaciones, o dolor.

Y si un bebé está expuesto a la clamidia durante el parto, podría sufrir neumonía o infecciones oculares.

En ellos, puede infectar el epitelio uretral y causar uretritis; también puede producir epididimitis, que es la inflamación del epidídimo, o la estructura tubular donde los espermatozoides maduran, detrás de los testículos.

Si se realizan relaciones anales sin protección, puede generar proctitis con tenesmo (la sensación constante de la necesidad de defecar), y en el sexo oral, infección de la faringe.

Así, pues, sentir atracción sexual por alguien no significa dejarnos llevar y tener sexo sin protección; al contrario, la atracción sexual no debería verse perjudicada por enfermedades que pueden evitarse con un mínimo de cuidado.

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