¿Los alimentos afrodisiacos existen en verdad, o no son más que rumores de marketing? Desde hace milenios, hay algunos alimentos de los que se dice que poseen propiedades afrodisiacas, esto es, capaces de aumentar el deseo sexual y la libido.
¿Pero es esto cierto? Miles de animales se han extinguido o están en peligro de extinción debido a estos mitos, como el pangolín, en Asia, del que se asegura que sus escamas, molidas, aumentan la capacidad sexual masculina.
Y así un montón de otros alimentos, como el chocolate, las fresas, los plátanos… La cuestión es que estas propiedades afrodisiacas no están comprobadas científicamente, o hay muy pocos estudios con legitimación científica.
Así, pues, ¿los alimentos afrodisiacos son un mito? Hay algunos que ostentan ciertas características que podrían influir positivamente en la circulación sanguínea (y por tanto en las erecciones), aunque no se sabe si en realidad estimulan el apetito sexual.
Para los griegos, Afrodita era la diosa que insuflaba el deseo sexual en dioses, humanos y fieras, de allí que se denominen “alimentos afrodisiacos” a los que supuestamente excitan la atracción sexual y las ganas de tener sexo.
¿Hay alimentos afrodisiacos que pueden considerarse como tales?
Ya comentamos que el chocolate, por ejemplo, podría tener propiedades afrodisiacas; esto podría deberse a que tiene feniletilamina y triptófano. La feniletilamina es una sustancia que segrega el cerebro cuando sentimos amor o atracción sexual hacia alguien.
El triptófano es un aminoácido que estimula la producción de serotonina, hormona vinculada al humor y al placer. Pero el chocolate contiene un índice muy bajo de ambos, no suficientes para aumentar el deseo sexual, aunque sí es capaz de hacernos sentir mejor.
Por otra parte, el gingko podría mejorar el deseo sexual en mujeres y hombres por su cualidad de oxigenante cerebral. El fenogreco es otra planta con muchísimas propiedades medicinales y nutritivas.
Los principales estudios sobre este último se dirigen al efecto que puede tener sobre el deseo masculino.
Sin embargo, y pese a todos estos mitos, los alimentos afrodisiacos no surten el efecto deseado porque sí. ¿Has oído decir que el cerebro juega un rol primordial en el sexo?
Pues es cierto. La atracción sexual y el deseo que sentimos por alguien se alimentan de nuestra propia imaginación. Tener sexo es el colofón de todo lo que se hace antes, de lo que se piensa, se planea y se imagina. Y la recompensa es el placer sexual.
Los expertos recomiendan que en lugar de estar tomando “suplementos” y sustancias dudosas, lo mejor es llevar una vida sana, activa, combinada con una buena alimentación. Cuando hay problemas cardiovasculares, las erecciones son más problemáticas y difíciles de lograr.
Por tanto, si se desean erecciones duraderas y firmes, no es adecuado abusar del alcohol o ciertas drogas (como la cocaína, por ejemplo, cuyo abuso anula por completo el deseo sexual), ni de grasas animales que puedan debilitar el sistema circulatorio.
Las promesas de incrementar la potencia sexual o el deseo sexual siguen vendiendo, pero seamos conscientes de que es una cuestión de marketing. Mientras mejor nos sintamos (por dentro y por fuera) más capaces seremos de tener sexo bueno, que nos dé un gran placer sexual.