Hay veces en que no es fácil alcanzar un orgasmo femenino. Puedes sentir una atracción sexual enorme hacia tu pareja, sentir muchos deseos de tener sexo, pero a la hora de la verdad, el placer sexual es escurridizo.
¿Por qué sucede esto? ¿Es siempre por la inexperiencia o la impaciencia masculinas? ¿Qué hace que a veces el orgasmo femenino sea maravilloso y otras tan solo una esperanza?
Lo cierto es que la sexualidad forma parte fundamental de nuestro desarrollo como personas plenas. El deseo sexual, el placer sexual, muchas veces están influenciados por otros factores, que tienen que ver con la educación o la autopercepción, entre otras cosas.
Sin duda, una de las razones es el desconocimiento de nuestro propio cuerpo; si bien la masturbación cada vez se acepta más –y se practica– como parte de la vida normal de una mujer (y de la pareja), aún hay quedan muchos prejuicios por derrumbar.
Precisamente masturbarse ayuda al autoconocimiento, a responsabilizarnos por nuestro propio placer. El deseo sexual, además, se estimula con la imaginación, y también con saber cuáles son los puntos más sensibles de nuestro cuerpo.
Para tener un orgasmo femenino hay que practicar, hay que entrenarse. Concentrarse y entregarse. Pero vamos con los consejos.
1. Conócete a ti misma
Como ya comentamos, a medida que conozcas tu cuerpo sabrás cuáles zonas son más sensibles. Es recomendable que no solo estimules la zona del clítoris, sino que te explores el interior de la vagina.
Para alcanzar el orgasmo femenino puedes hacerlo sola o cuando vayas a tener sexo con tu pareja. Como sabes lo que te gusta, puedes decirle cómo quieres que lo haga.
2. Prueba con juguetes sexuales
Existen muchos juguetes sexuales que pueden ayudarnos a lograr un orgasmo femenino, además del sexo con nuestra pareja. Prueba con los vibradores de Punto G, que estimulan la zona anterior de la pelvis. Ese es el Punto G, no es leyenda.
Puedes presionarlo con tus dedos, o durante el coito, tu pareja rozarlo lo más posible, ayudado por tus movimientos. Claro que cuanto más excitada estés más fácil será moverte. La atracción sexual también ayuda muchísimo a sentir placer.
3. Prueba posturas diversas
Durante el acto sexual a veces nos gusta una postura más que otra, pero prueba distintas posiciones hasta que encuentres aquella donde sientes más placer sexual. Para el Punto G es perfecta la del misionero.
Para estimular toda la zona y lograr un orgasmo femenino uterino, la posición de Andrómaca (esto es, tu sentada sobre él y de frente) es la ideal, moviéndose muy suavemente los dos.
4. No pierdas la concentración
Sí, somos multitasking, pero en el sexo eso no vale. En esos momentos en que la atracción sexual entre ambos está a mil no puedes pensar en la colada, en el menú de la semana, en el colegio de los peques o en que tu jefa no vio el informe que le mandaste.
El aquí y ahora es esencial en el sexo. Ayúdate con la imaginación.
5. Fortalece tu piso pélvico
Los ejercicios de Kegel son perfectos para identificar por un lado los músculos vaginales, y por otro, fortalecerlos y tonificarlos, si es que has tenido hijos por parto vaginal.
