El sexo entre mujeres, el sexo lésbico, es aquel practicado solo entre mujeres. No hay hombres, no hay penes, no hay penetración vaginal tradicional. Pero sí hay mucho placer sexual y estimulación libre de clítoris, vulva, pezones y todas aquellas partes del cuerpo erotizadas.
De hecho, lo que reportan las mujeres lesbianas y bisexuales es que al tener sexo entre ellas, sus orgasmos son más frecuentes, duran más y sienten más la sensualidad en todo su cuerpo.
Las relaciones lésbicas no son mejores ni peores que las heterosexuales, son diferentes, y no tienen nada que ver con lo que suelen presentar en la pornografía mainstream. No olvidemos que es un producto dirigido a hombres heterosexuales.
Sin embargo, una de las grandes diferencias del sexo entre mujeres con respecto al heterosexual es que el orgasmo no termina con la excitación sexual.
Según testimonios de investigaciones sexuales, las mujeres experimentan un círculo de placer sexual que se retroalimenta con besos y caricias, dando la sensación de que no se termina nunca.
¿Cómo es el sexo entre mujeres?
El sexo entre mujeres puede ser vaginal, oral, anal, con los dedos y a través de la masturbación mutua.
Tener sexo no se trata solo de realizar el coito, el sexo va mucho más allá y abarca toda la estimulación del cuerpo. El erotismo conlleva el placer de la exploración, lo que a su vez aumenta el deseo sexual.
Entre las mujeres el sexo es muy imaginativo. Con la ayuda de juguetes sexuales se puede realizar el sexo vaginal y el anal, si bien es cierto que el sexo entre mujeres no busca especialmente la penetración.
Hay mujeres a las que les gusta ser penetradas y otras a las que no. En este sentido, conocer los gustos de la pareja hará que el placer sexual sea mayor.
Por otra parte, el sexo lésbico incorpora siempre sexo oral, la estimulación del clítoris, los senos y la vagina, lamiendo, chupando o mordiendo determinadas zonas.
Generalmente, el deseo sexual lésbico o bisexual se incrementa con posturas que buscan el roce indirecto del clítoris, estimulando de varias maneras las áreas erógenas, como los pezones, las nalgas, la parte baja de la espalda o el bajo vientre.
El uso de juguetes sexuales, como vibradores o estimuladores del clítoris, pueden potenciar las sensaciones en el sexo entre mujeres, pero no necesariamente se acude a ellos siempre.
La atracción sexual entre mujeres (y entre hombres) forma parte intrínseca del ser humano, es la sociedad quien impone los límites de lo que debe ser y lo que no. Según alguna de las teorías freudianas, la bisexualidad es la forma natural de abordar el sexo.
Una persona que siente atracción sexual por alguien de su mismo sexo o del sexo opuesto y no establece distinciones morales entre una y otra forma de sentir la sexualidad, será una persona más libre para entender el mundo del erotismo.
Eso no significa que todos nos sintamos atraídos por las mismas cosas, pero sí comprender que quien lo hace puede tener una manera más amplia de percibir la sexualidad.
El sexo entre mujeres resulta tan satisfactorio como el sexo heterosexual, y todo dependerá del momento, de las personas involucradas y lo que se sienta. No olvidemos que el cerebro es nuestro principal órgano sexual, que nos indica las sensaciones placenteras.
