Las zonas erógenas son aquellas áreas que producen excitación sexual. Las más obvias son el clítoris y el pene, pero resulta que cada persona es un mundo, coloquialmente hablando, y hay muchas otras áreas del cuerpo capaces de encendernos de inmediato.
Recordemos que el cerebro es el principal responsable de que sintamos sensaciones, pues es el que codifica las señales que le envían las terminaciones nerviosas. Estas zonas erógenas son, precisamente, áreas más sensibles del cuerpo que estimulan sexualmente.
Pueden existir algunas diferencias entre hombres y mujeres, pero en general –y aunque las mujeres se colocan como las más sensibles a las zonas erógenas– comparten sensibilidades. Lo que les diferencia es la intensidad.
El sexo tiene que ver con muchas cosas, y con el ambiente en que se desarrolle. La atracción sexual puede morir rápidamente si no se hace lo adecuado.
Zonas erógenas
Pene y testículos
Por supuesto, en los hombres constituyen las principales zonas erógenas. El pene es tremendamente sensible, por lo que las caricias que le rodean (antes de ir directo a por él) actuarán como estímulo para que empiece a crecer.
Masajear suavemente los testículos, con toda la delicadeza posible, despertará al gigante que duerme en el interior.
Clítoris y vulva
En la mayoría de las mujeres, la estimulación del clítoris hará que no solo se enciendan, sino que se preparen para el orgasmo, ya que tiene el doble de terminaciones nerviosas que el pene.
Pero también los labios externos e internos de la vulva son altamente sensibles, por lo que acariciarlos suavemente puede incrementar el placer.
Senos y pezones
Muchísimas mujeres han reportado orgasmos solo con la estimulación de los pezones. En los hombres esta zona es también muy sensible, aunque algo menos que en las mujeres.
Ombligo, vientre
Antes de tener sexo, se pueden estimular estas zonas con caricias, que pueden aumentar la intensidad del orgasmo y el placer sexual.
Por ejemplo, el bajo vientre y la zona del ombligo son muy sensibles, y pueden activar la liberación de las mismas sustancias químicas liberadas durante el sexo.
Parte interna de los muslos
La entrepierna es una zona erógena de ambos. En un reporte de la revista de neurociencia Córtex, se indica que esta área tiene una puntuación entre ellas de 6,7, y entre ellos de 5,8.
Es decir, es una región muy sensible que en la mayoría de los casos aumenta el deseo sexual.
Piel y cuero cabelludo
La piel es el órgano más extenso que tenemos. Acariciar suavemente con las uñas la espalda o el cuero cabelludo enviará poderosas señales al cerebro que relajará casi automáticamente los músculos.
El placer sexual, encendido de a poco, aumenta con caricias suaves y progresivamente más intensas, y terminará en un orgasmo poderoso.
Nuca y cuello
Tanto en los hombres como en las mujeres, esta zona es sumamente sensible y despierta sensaciones muy placenteras. Besar ligeramente, con labios y lengua, calentará la piel e incrementará la atracción sexual.
Perineo y zona lumbar
La parte baja de la espalda es una zona erógena que repetidamente señalan las mujeres como un área de placer. También los hombres. Un masaje antes de la sesión sexual puede prepararnos muy bien.
Asimismo, los hombres tienen un punto muy sensible, que es donde se encuentra la próstata, conocido como el punto P –o punto G masculino–. Estimularlo le proporcionará a él mucho placer.
Recuerda que el deseo sexual se alimenta de la imaginación, y tener sexo no es solo llegar al coito lo más rápido posible: el trayecto es mucho más interesante.