¿Y es que existe también una inteligencia sexual? Pues sí, y sin ella no podremos disfrutar de una forma plena y completa al tener sexo.
Podríamos definir la inteligencia sexual como la capacidad que tenemos de gestionar nuestra propia sexualidad, conocer nuestro cuerpo y entender y satisfacer las necesidades de nuestras parejas sexuales.
Este tipo de inteligencia no tiene que ver con quién liga más o quién es mejor seduciendo, sino con la capacidad de disfrutar de un mayor placer sexual conectando con los demás y autoconociéndose.
De dónde sale el concepto de inteligencia sexual
Dos psicólogos estadounidenses, Michael Milburn y Sherre Conrad, analizaron por qué aún hoy en día seguimos renuentes a hablar con honestidad y franqueza sobre sexo con nuestras parejas, y sobre lo que nos gusta al tener sexo.
Llegaron a la conclusión de que millones de personas aún sienten grados variables de insatisfacción en su vida sexual y resultan incapaces de admitirlo. Al no admitirlo, no se puede resolver el problema, pues no se habla lo suficiente.
Para conocer el nivel de inteligencia sexual, estos psicólogos crearon un test que permite medir el coeficiente en esta área vital. A partir de allí, podremos ir mejorando nuestra inteligencia sexual y disfrutar aún más de la atracción y el deseo sexual.
Cómo potenciar la inteligencia sexual
Los estudiosos señalan tres claves para que podamos desarrollar nuestra inteligencia sexual, y poder disfrutar del sexo sanamente.
Autoconocimiento
Es imprescindible saber qué nos causa placer sexual, qué nos gusta y qué detestamos en la cama, qué nos excita y qué nos apaga. Muchas veces nuestro deseo sexual se esfuma como por arte de magia, y no sabemos por qué.
A pesar de sentir una gran atracción sexual por nuestra pareja, si no conocemos nuestro cuerpo no disfrutaremos con plenitud de una relación sexual. Masturbarse es una de las tantas maneras que hay para el autoconocimiento.
Derribar mitos
La sexualidad es apenas una faceta de nuestra humanidad. Entender eso, aceptar el sexo como una parte natural de la vida, nos ayudará a establecer relaciones más naturales con nuestras parejas.
El sexo no pertenece solo a la alcoba, nos rodea y nos define. La masturbación (en solitario y mutua) es una fuente importante de conocimiento y placer, pese a los prejuicios que hasta hace nada pesaban sobre ella.
Derribar estos tabúes sexuales es importante para alcanzar una plena inteligencia sexual.
Comunicarse y hablar de sexo con la pareja
Como bien se dice, el sexo es una cuestión de dos. Si no hablamos francamente con nuestra pareja sobre aquello que nos causa desagrado o placer en el sexo y escuchamos al otro sobre lo mismo, difícilmente podremos mantener una vida sexual enriquecedora.
La inteligencia sexual no depende absolutamente de la belleza, el carisma o la atracción sexual, depende de cómo manejemos el sexo en nuestra vida y cómo nos sintamos con respecto a las prácticas sexuales que realizamos con nuestras parejas.
Sentirse libres de demostrar y hacer lo que deseemos (dentro de los límites morales y legales) con nuestra pareja y con nosotros mismos, y sentir placer sexual con ello, es, sin duda, una de las consecuencias más notables de desarrollar la inteligencia sexual.